domingo, 18 de septiembre de 2016

El primer rito: «Elaboración del makuñ»

Antenoche mi amigo y colega Sergio Fritz estuvo en el programa "Chile Misterioso" de la radio Universidad de Chile (que se transmite los viernes a las 23:00 hrs.), en donde habló de la Recta Provincia junto a Héctor Olmedo, autor de Javo Rivera y Los Tres de la Orden, novela que recupera la tradición de la brujería chilota a través de la historia de unos chicos de un internado de Castro que descubren secretos antiguos relacionados con la cofradía de brujos de Chiloé.
Todos los viernes,
una hora antes de la medianoche.

Durante la hora de programa (que estuvo muy interesante... mis felicitaciones para mi amigo), se abordaron varios temas de interés, entre ellos la disputa entre la Chillpilla y José de Moraleda (de lo que hablaremos en otra ocasión) y de los ritos iniciáticos para pertenecer a la Recta Provincia. De esto último quiero escribir esta noche, ya de vuelta en mi ciudad después de mi fugaz viaje a Santiago.

Por lo que he averiguado gracias a mi contacto dentro de la organización de brujos y brujas de Concepción (que, por razones obvias, no puedo revelar), tales rituales son considerados propios de la «magia antigua» y han sido prescritos por la magia actual, que busca ser más amigable con los no-brujos. Sin embargo, pareciera haber dos tipos de brujos y brujas: quienes practican rituales «adaptados» a los tiempos modernos (una especie de versión «menos violenta» de los ritos iniciáticos) y quienes realizan los tres ritos «como en los viejos tiempos». 

Hoy les contaré sobre el primer rito: la confección del makuñ, un chaleco que permite tanto andar de noche de manera incógnita como volar. En el libro de Mauricio Marino y Cipriano Osorio se transcribe la declaración de Mateo Coñuecar, uno de los imputados en el famoso juicio a los brujos de Chiloé de 1880-81, en la que, justamente, habla del misterioso chaleco:

«[el macuñ] es una parte de la piel de los brujos que mueren y los que quieren tenerla la sacan del panteón a la izquierda del cuerpo en dirección del pecho hacia la barriga. Esa piel la curten con ciertas yerbas y enseguida los brujos se la cuelgan con unos cordones al lado izquierdo y con ella andan de noche produciendo una luz especial que los distingue» (p.71).

Brujo volando con su makuñ
Se dice que el chaleco debe ser elaborado con la piel de un cadáver, de preferencia un limpio (cristiano) varón o de una mujer virgen. Pareciera ser que quienes han optado por esta magia antigua han hecho su makuñ a partir de piel y cabello de jovencitas (cosa que sospecho por algunas de las extrañas muertes que han ocurrido en este último tiempo, especialmente aquí). Como parte del armado del chaleco, se derrama aceite humano sobre él, lo que lo hace luminoso. Mi amigo Sergio dice al respecto: «Por ello, todavía en ciertas zonas del campo chileno el ver unas misteriosas luces que flotan en el aire es algo temido: se cree que corresponde a brujos» (p.28). 

Actualmente, confeccionar el makuñ con piel humana es considerado deleznable. Por ello, muy pocos brujos y brujas lo han elaborado a la manera antigua (creo que ahora usan pelo de mujer virgen no más), sin embargo, quienes sí lo han hecho (un grupo muy reducido, espero) cuentan con poderes más allá de lo inimaginable, por lo que dentro del subterráneo mundo de la brujería chilena son temidos, no tanto por los dones extraordinarios que confiere el chaleco mismo sino por lo que significa su elaboración: haber asesinado a un cristiano o a una muchacha virgen solo para obtener más poder.

Solo para terminar un dato: desde diciembre de 2015, cuando apareció muerta la hija del teniente en retiro de carabineros don Reinaldo Castillo en extrañas circunstancias en el cerro La Virgen (hecho que aparece mencionado en la novela "Maleficio, el brujo y su sombra" de la escritora Claudia Andrade), han ocurrido otras muertes sospechosas. De hecho, en mi ausencia, surgió un nuevo caso: una chica de diecisiete años, oriunda de Chiguayante, fue encontrada en la ribera norte del Biobío, sin su cabello y con mutilaciones en su espalda y pecho atribuibles a algún animal salvaje. La verdad sea dicha no creo esa versión. Quienes sabemos de la existencia de brujos y brujas conocemos el real significado de tales heridas: alguien ha realizado el primer rito a la manera antigua. Ahora solo queda esperar que cumpla con los dos restantes para convertirse en un brujo o bruja de acuerdo a las reglas de la temida magia ancestral, la más violenta y poderosa de todas.

Fuentes consultadas:
-Fritz Roa, Sergio. La Recta Provincia. Una cofradía de brujos en el sur de Chile. Segunda edición corregida y ampliada. Santiago de Chile: Editorial Bajo los Hielos, 2016.
-Marino, Mauricio y Osorio, Cipriano. Juicio a los brujos de Chiloé. Santiago de Chile: Ediciones Tácitas, 2014.

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